Acampar en el jardín, andar en bicicleta por el bosque, trepar a los árboles, recoger
insectos, recoger flores silvestres, correr entre pilas de hojas de otoño...
Estas son las cosas de las que están hechos los recuerdos de infancia. Pero
para la generación de niños de hoy en día, faltan los placeres de una infancia
libre y sus hábitos en el interior contribuyen a la obesidad epidémica, el trastorno
por déficit de atención, el aislamiento y la depresión infantil. Los últimos
niños en el bosque es el primer libro que reúne investigaciones de vanguardia
que demuestran que la exposición directa a la naturaleza es esencial
para un desarrollo infantil sano: físico, emocional y espiritual. Es un toque de
atención, brillantemente escrito, convincente e irresistiblemente persuasivo.