Este Jubileo es una ocasi'n extraordinaria para dar fuerza y vigor a lo que constituye la vida ordinaria de la Iglesia y de todo cristiano: ser signo de la cercanía y la ternura de Dios. Es un desafío de no poca importancia en el contexto de la cultura de nuestros días. Una cultura que hace predominar el concepto de posesi'n sobre el de don está destinada, inevitablemente, a encontrarse con la violencia.