El presente tratado está dirigido por el obispo de Milán a sus "hijos espirituales", siguiendo en esto, de modo semejante, la dedicatoria del tratado De officiis del maestro de Arpino a su hijo Marco. Esta finalidad formativa es una de las claves de lectura del presente escrito, tal vez la más relevante, que nos permite calibrar la importancia de la aportación ambrosiana.