Han pasado seis meses desde que Deka liberó a las diosas y
descubrió su identidad y la de sus compañeras, pero la verdadera
batalla solo acaba de empezar. Una temible fuerza oscura,
siniestra e inclemente, amenaza a la humanidad y a las Alaki.
Deka deberá hacerle frente, pero aún no ha terminado de
recuperar sus poderes, por lo que su arma más mortífera podría
ser ella misma. Deka intuye que liberar a las diosas es solo el
principio. Sabe que se enfrenta a una temible fuerza oscura, que
algo siniestro e inclemente, relacionado de alguna manera con
aquel símbolo, amenaza al reino, y que su ejército tendrá
que detenerlo para salvar a la humanidad. Pero Deka no ha
terminado de recuperar sus poderes, por lo que su arma más
mortífera podría ser ella misma.