Las hormigas filanderas tenían miedo de salir del agujero en el que vivían, hasta que
un día se cansaron y decidieron que no podían seguir en esa situación. Así que le
preguntaron a la Gran Maestra Filandera, que les dio la solución: tenían que salir en fila y en silencio.
Un cuento perfecto para hablar de cooperación y de trabajo en equipo, de cómo juntos somos más fuertes.