El hilo conductor de este libro que se ha ido
construyendo a lo largo de muchas décadas de
reflexión frente al drama del aborto y, sobre todo,
frente a la pretensión de calificar su legalización
como un hito de la civilización no es otro que el
valor de la vida que comienza desde su concepción.
El debate sobre el inicio de la vida humana y su
reconocimiento como tal, además de ser una
cuestión fundamental en sí misma, es también de
urgente actualidad. Ello se debe a que no solo
involucra el drama del aborto y las nuevas técnicas
que, con diferentes propósitos y modalidades,
destruyen embriones humanos, sino que también
abarca todo el sistema de derechos humanos que
constituye el mayor logro del pensamiento moderno.
La reflexión y el compromiso en favor de la vida que
el autor presenta no se proponen como una última
trinchera de resistencia ante la propagación del mal,
sino como un avance hacia una futura afirmación
más grande del humanismo: entonar la expresión
«uno de nosotros», porque así ha de verse al ser
humano desde el mismo momento de su
concepción.