Gilbert Keith Chesterton y John Ronald Reuel Tolkien son dos escritores
archiconocidos en el ámbito hispanoparlante, aunque quizá no tanto
archileídos; sobre todo el primero. Es posible, incluso, que se dé por
sentado que se trata de autores parecidos, a pesar de que el modo que cada
uno tenía de entender la invención literaria es muy distinto. Este libro fue
escrito para demostrar que hay más semejanza en la raíz de su modo de
entender la imaginación fantástica, de la que pueda parecer a los ojos del
prejuicio o de la primera impresión. Estas páginas también dan razón última
de las coincidencias de fondo, teo-lógicas, que vivifican sus hallazgos
literarios.