La Santidad es uno de los atributos divinos reconocidos por todas las religiones. Y es una de las cuestiones más investigadas en los estudios sobre el hecho religioso. Festugière pregunta por la relación y diferencia entre Grecia y el cristianismo en la comprensión de la santidad. La conclusión a la que llega es que en el cristianismo esta idea no depende de la concepción helenista sino que tiene su origen en el judaísmo. Para el helenista el santo es el sabio que se esfuerza en obrar racionalmente. En el judaísmo es el que obra según la Ley, el que obedece a la voluntad de Dios. Para la Iglesia el santo se mide más por las virtudes que por lo extraordinario de determinadas acciones exteriores, como las acciones milagrosas.