Kerényi traza con agudeza las características esenciales de las religiones griega y romana: la fiesta, el sacrificio, el templo, la mitología. Mediante un estilo sutil y transparente se adentra en la relación del ser humano con lo divino a través del sacrificio, ilumina esta relación a través de la risa de los dioses, define lo que es el templo, determina lo que es theós en griego ("algo que acontece"), traza la figura de Zeus, y perfila también las diferencias existentes entre ambas religiones, así como respecto a otras como la judía y la cristiana.