"La mujer es un ser frágil y puro que hay que preservar como una flor de pitiminí, su grandeza radica en su sumisión" Pilar Primo de Rivera... Y, así, aquellas mujeres que no eran ni frágiles ni sumisas se pusieron a trabajar para inventarse a sí mismas. Una crónica sentimental, desenfadada e irónica de una generación de mujeres que han cambiado su propia historia: la de nuestras madres y abuelas, las reinas de la casa. Con buen humor, grandes dosis de ingenio y una fortaleza a prueba de bombas, consiguieron convertirse en amas de casa (las más), profesionales (las raras que no servían para otra cosa), desertoras del arado (sirvientas y emigrantes) o pertenecientes a un magma inclasificable en el que cabía de todo, desde prostitutas a monjas.