Luca vive solo con su madre, una mujer joven y atractiva en continua búsqueda de "otro papá" que sustituya al que los abandonó sin que el niño siquiera recuerde su rostro. Un día la madre se va a dormir y ya no despierta. Luca se viste, se peina, da de comer a Blu, su gato, y sale de casa. Poco a poco empieza a tomar conciencia de que está muerta. Sabe que los niños huérfanos terminan en una fea institución y por lo tanto decide callar la horrible verdad: seguirá yendo al colegio y fingirá que todo sigue igual, que no ha pasado nada.