La semilla de la intolerancia crece en cada casa, a veces, sin darnos
cuenta.
La Pequeña Intolerancia es un ser diminuto pero muy, muy poderoso. Se cuela en nuestras
casas y, si no estamos alerta, crea a un ser aún más poderoso: el Odio. Por su culpa
rechazamos al que es distinto, nos burlamos de los demás? Pero no hay que perder la
esperanza. Si estamos alerta, veremos al Gran Respeto listo para imponerse sobre estos
dos malignos seres.