La oración es una opus Dei. No es un estado
de ánimo. Orar forma parte del seguimiento
de Jesús, del esfuerzo de llevar la cruz de cada
día detrás del Señor con lo que conlleva a veces
de desalientos, caídas, tropiezos
pero
en medio de ellos permite no perder la orientación,
el camino y las huellas del Señor.
Me gustaría recomendar el uso de este libro
como base para los retiros de sacerdotes,
personas consagradas o laicos que deseen
profundizar en la oración de Jesús. Este año
2024, de preparación para el Jubileo de la Encarnación,
el papa ha querido que sea un año
dedicado a la oración.
San Juan de Ávila decía que una manera «de
buscar virtudes, engrandecida y alabada por
la Sagrada Escriptura, es cuando el hombre,
poniendo y asentando su conciencia en los
merecimientos de Cristo, cree que por él ha
de alcanzar lo que toca a la salvación. [
] Esta
manera de alcanzar virtudes ha de ser la principal
del cristiano».