Maria, una mujer libre y carismática, es la administradora de una finca en Roma. Cuando muere repentinamente, deja una hija de seis años, Mandorla, y deja también una carta. Maria ha dejado escrito que el verdadero padre de Mandorla es uno de los hombres que vive en el edificio. Tras una asamblea de vecinos en la que nadie confiesa su paternidad, deciden criar a la niña entre todos.