«ESTO ES MI CUERPO»
Esta declaración de Cristo dada en arameo en el Cenáculo del Monte Sion en el cuarto decenio del siglo I denuestra era, y registrada en Mateo 26, 26, contiene su cumplimiento:la puesta en un lugar del mundo del Cuerpo Vivo de Cristo a que seadjunta el resto de su naturaleza humana y divina. Rectamenteentendida, la Cristiandad no es ante todo un «mensaje»: es una palabra subsistente que es a la vez un hecho o una forma integral yfundamentalmente es el mismo Cristo, re?ejado y realizado en el hoyfino estrato dogmático y apostólico inalterado de su Iglesia, y«nuclearmente» viviente en la Hostia consagrada. Él está allíatesorando cuanto más ha digni?cado el mundo: El Evangelio deredención, recreación y divinización de intelecto y voluntadindividuales y sociales; de las virtudes heroicas y en particular lahumildad e inocencia; de la contemplación y producción culturales másrefinadas oriundas de inspiración y abstracción ??por decir lomínimo??. A quienesquiera que Le hablen a su Persona Eucarística,desde dondequiera que lo hicieren, Él les da vida hablándoles yescuchándolos desde los s