Nietzsche realiza en La genealogía de la moral un ejercicio de
aplicación de su psicología de la voluntad de poder. Se trata de
derivar todas las nociones espirituales a partir del cuerpo, entendido
este como un conjunto de pulsiones reducidas, en último término, a
la voluntad artística de poder o fuerza en que consiste la vida.
Para Nietzsche, el concepto espiritual de mala conciencia procede de
la voluntad que se tropieza con un obstáculo en su camino hacia el
exterior, hacia la depresión; y el concepto de pecado se manifiesta
como una mera interpretación de un estado de sufrimiento que sirve
para provocar una convulsión en quien se encuentra en esa fase.
Su conclusión no puede ser menos equívoca: el presupuesto
fisiológico de la moral es el empobrecimiento de la vida.
En esta obra el filósofo ofrece un análisis preciso y penetrante de los
hechos morales, a los que envía fuera de su terreno para poder llegar
a su comprensión.