Este es el primer libro de Manuel Chaves Nogales, escrito cuando el autor tenía 23 años y estaba literalmente marchándose de la ciudad a la que se lo dedica, Sevilla. La increíble lucidez de Chaves Nogales, que le da siempre a su obra ese aire de actualidad retrospectiva, le hace ser consciente, ya en esa fecha, del propio juego que implica otro libro sobre Sevilla. Desmenuza una especie de dinamismo modernista propio del carácter de su ciudad por el que puede digerir los antagonismos y contradicciones, los t picos y las formas extrañas "con una despreocupaci n inconcebible". Está todo: el pretil de azotea y el incomparable crepúsculo, el tipo sevillano y la reivindicaci n de la mujer, las gentes de barrio y las santas Justa y Rufina, la Sierpes y la Macarena, los patios y los cafés, la Semana Santa y el Gran Poder, los gitanos y el cante, el extrarradio y las tensiones sociales, las peinetas y el romanticismo, el turista y la Expo, la tragedia de Andalucía y el andalucismo... Por su enorme clarividencia, este libro encierra quizás los párrafos más agudos sobre Sevilla, ya para detectar sutilmente o afirmar rotundamente sobre el carácter de la ciudad, una ciudad eterna, "porque ha hecho de su vida su propia religión".