Albino Luciani / Juan Pablo I amaba comunicar a todos su experiencia de Jesús y del Evangelio, y para
ello partía de las intuiciones que le ofrecía la vida
cotidiana. Así, granó sus homilías, discursos y
alocuciones públicas de pequeñas historias del alma,
breves fábulas tomadas también de la tradición
clásica, aforismos, lemas y anécdotas de las que
emergía su personalidad sociable y sensible. Don
Taffarel, su secretario, al reunir esta colección, la
había titulado Catequesis sin mitra para subrayar el
método y el estilo de la evangelización de Luciani, rico
en humanidad y sentido del humor. Ahora el volumen
sale con el título de uno de los cuentos, Jugar con
Dios, porque estas páginas comunican un espíritu
infantil en Albino Luciani, viviendo con alegría y
confianza el abrazo de Dios que es, ante todo, un
Padre bueno.