Cuarenta años despues de su llegada al trono, Fernando Onega hace un balance del significado del reinado de Juan Carlos I en un momento crucial para la monarquía. Un libro con vocación de crónica, dedicado a la apasionante figura de un rey cuya biografía refleja a la perfección las contradicciones del último siglo de la historia de este país: nacido en el exilio, su ascensión al trono supuso el regreso de esa otra España exiliada desde la Guerra Civil; nombrado "sucesor a título de rey" por Francisco Franco, sus primeros pasos sin la tutela del dictador estuvieron dirigidos al desmontaje del franquismo que lo había aupado al poder; su firme apuesta por la democracia parlamentaria que legalizaba todos los partidos políticos y limitaba sus poderes, consiguió irritar a ciertos sectores del ejército hasta el punto de llevar a cabo sucesivas conspiraciones en contra del hombre al que habían jurado proteger y obedecer. Ahora que los cimientos de aquella Transición parecen tambalearse bajo el empuje de una nueva generación que no reconoce la importancia de su labor al frente de la corona, parece el momento idóneo para abordar un libro que indague en sus aciertos y errores y ponga de manifiesto su contribución a la estabilidad del país en los años más convulsos de las últimas décadas.