Gran gura espiritual del siglo XIII, santa Isabel de
Hungría (1207-1231) fue hija de Andrés II de Hungría
y esposa de Luis IV de Turingia. Madre de tres hijos,
esta princesa, cuya corta vida mezcló leyenda y verdad,
nunca dejó de cuidar por amor a los más débiles, los
niños, los pobres y los enfermos.
Cuando enviudó siendo todavía muy joven, despojada
de todo vínculo afectivo y material, Isabel se
comprometió con la caridad siguiendo a san Francisco
de Asis. Su fama, que ha perdurado durante ochocientos
años, la ha llevado a ser llamada «la princesa de los
pobres».