La utopía tiende a ser excluida de los diferentes campos del saber: de las ciencias y de las letras, de la economía y de la ética, de la filosofía y de la teología, de la política y de la religión. Hemos pasado del grito inconformista del Mayo francés "Seamos realistas, pidamos lo imposible" a la consigna conformista "seamos realistas, atengámonos a los hechos"; del "Fuera del sistema está la respuesta a los problemas de la humanidad" al "Fuera del sistema no hay salvación ni solución".