La Iglesia ha padecido las acometidas de numerosos enemigos a lo
largo de su historia. La mayor parte de ellos han tratado de dañarla
desde fuera con persecuciones, difamaciones y ataques de diversa
índole, pero el enemigo que hoy la fustiga ha aprendido de los errores
pasados y, por eso, la va erosionando desde dentro. Infiltración narra
este cambio de estrategia de los enemigos de la religión católica,
urdido a fuego lento durante los últimos dos siglos. Desde el
advenimiento de la modernidad, que trajo consigo la Ilustración y las
revoluciones, las logias masónicas han ido poco a poco infiltrándose
en la Iglesia con la finalidad de destruirlo. El proceso ha sido gradual;
sus frutos comenzaron a recogerse en el siglo XX, con la elección de
papas afines a ideas progresistas y con las reformas emanadas del
Concilio Vaticano II. Hoy, ante la atónita mirada de muchos católicos,
los frutos de este plan son más visibles que nunca.