La narraciòn y estructura del libro tiene así dos ejes fundamentales: las primeras palabras dirigidas a la multitud que le aclamaba en la abarrotada Plaza de San Pedro una vez asumida la misión encomendada el 19 de abril 2005, y la literatura de J.R. Tolkien, entre otros autores británicos de los que también es asiduo lector el papa emérito, como fondo de interpretación de la virtud de la humildad.