Edición preparada por Miguel Cavada Diez. La primera homilía
transcrita de san Óscar A. Romero como arzobispo de San Salvador
es del 14 de marzo de 1977 en el funeral del E Rutilio Grande. El
esquema lo tomó de Evangelii nuntiandi, para poner su asesinato en
un contexto propiamente eclesial: la evangelización de los pueblos.
En esa homilía, no solo expuso el pensamiento de Pablo VI, sino
que logró conectarlo con la realidad del momento. "Hoy se ha
cumplido esta Escritura", parecía decir monseñor Romero. Y esta
misma pauta siguen las cuarenta y seis homilías de este volumen,
que corresponden al ciclo C de la liturgia de la Iglesia, desde el
cuarto domingo de Cuaresma hasta la Solemnidad de Jesucristo,
Rey del universo. San Óscar Romero, profeta y pastor, sigue
acompañando a su pueblo y dándole esperanza. Si algo llama la
atención en su predicación, es la sinceridad y el calor humano de
sus palabras: no habla por hablar, no esconde sus sentimientos.