Introducción por Alfonso López Quintás. «Late en estos textos y en todo el libro el brío con que Guardini
describía las diversas facetas de la experiencia cristiana, bien inspirado siempre por su anhelada vida
mística. Comprendemos lo que habrán sido las veladas de formación que sostenía con los jóvenes en el
castillo de Rothenfels, al tiempo que iba escribiendo estos trabajos. Tenemos hoy, sin duda, libros más
actualizados sobre teología y filosofía. Para leerlos con provecho espiritual nos facilita Guardini en este
libro la actitud adecuada: entusiasta, sin fantasías; seria, sin rigidez; fiel a la rigurosidad del pensamiento,
pero siempre con el corazón en la mano. Guardini se caracterizó siempre por su «ethos de verdad»,
ciertamente, pero la verdad era para él algo que da altura al sentimiento y satisface las ansias más
nobles del corazón».