Una obra irónica, demoledora, divertidísima.«Me rindo ante Aramburu. Una novela divertidísima. Con un dúo de personajes cómicos que son, a la vez, Don Quijote y Sancho, el Gordo y el Flaco. El humor devuelve una imagen patética a quienes se ven como héroes.» Sergio del Molino, El País
«Una historia irónica, divertidísima y demoledora, sobre todo demoledora.» Karina Sainz de Borgo, Abc
«Aramburu se ríe de los fanáticos que trataron de imponer sus ideas..., por eso las carcajadas que se nos escapan al leerla son reparadoras.» Eva Cosculluela, Heraldo de Aragón
«Va a entusiasmar a sus lectores, les va a sorprender.» Carlos Alsina, Más de uno (Onda Cero)
«Una obra felizmente lograda en el registro de la comedia
Nadie estaba en mejores condiciones que Aramburu para hacerlo. Y lo ha hecho no sólo literariamente muy bien, sino conectando moralmente con la inolvidable Patria.» Domingo Ródenas, Babelia (El País)
«Aramburu, otra vez valiente, hacer reír con humoradas escritas desde el serio respeto a una juventud vasca que ama.» J.M. Pozuelo Yvancos, Abc Cultural
«¿Es posible acercarse a aquella pesadilla con sarcasmo? Sí. Aramburu se ha atrevido y lo ha conseguido
La novela se devora.» Manuel Llorente, La Lectura (El Mundo)
«Un sentido del humor brillante, sarcasmo en cantidades industriales y sorpresas que me han hecho disfrutar mucho.» Juan Calzada, Diario Montañés
Dos jóvenes exaltados se marchan al sur de Francia para convertirse en militantes de ETA. Esperan instrucciones en una granja de pollos, acogidos por una pareja francesa con la que apenas se entienden. Allí se enteran de que la banda ha anunciado el cese de la actividad armada. Abandonados a su suerte, sin dinero, sin experiencia ni armas, deciden continuar la lucha por su cuenta y fundan una organización propia en la que uno asumirá el papel de jefe y disciplinado ideólogo, y el otro, el de subalterno más relajado. El contraste entre el afán de gestas y las peripecias más ridículas va llevando la historia hacia una especie de drama cómico. Hasta que conocen a una joven que les propone un plan.
Tras Patria, esta novela de Aramburu nos arrastra, de una manera agilísima y sorprendente, por una peripecia inesperada y un desenlace magistral. Contada con un humor cáustico y veloz, Hijos de la fábula nos demuestra que Fernando Aramburu pertenece a la estirpe de los grandes escritores, los que nos cuentan historias como nadie es capaz de hacerlo.