Cada año, al comienzo del verano, Billy deja a sus padres y la ciudad, se sube
a un tren y cruza el país hacia el oeste. Una vez llegado al rancho de su abuelo,
bajo el cielo infinito y el brillante sol de Nuevo México, se calza las botas,
se reencuentra con su caballo y se lanza a cabalgar por aquellas inmensas
extensiones áridas y salvajes. El verano de sus doce años, está descubriendo
muchas cosas, y entre ellas que la vida puede dar un vuelco en cualquier
momento: la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se está preparando para expropiar
las tierras de su abuelo, ya que quieren instalar un campo de pruebas
para misiles. Pero el viejo no está de acuerdo, ni siente ningún respeto por
ese supuesto estado omnipotente y sus intereses. Billy, por supuesto, tiene
intención de luchar a su lado.