«Poesía, filosofía, teología, exploran por diversos caminos, o incluso
por diversas laderas de la misma montaña, tratando de conjugar lo
finito e infinito, la tierra y el cielo, la muerte y la vida. Solamente en
el ser humano se da ese milagro de la prima/vera, la primera y
verdadera que viene, y la que por venir a serlo todo, no debe
querer ser algo en nada. Más allá del finito el infinito, asegura Anna
Duart, buena conocedora del debate de este más acá. Feliz aquel
artífice de palabras que nos pone en este brete y en esta brecha.
Yo siempre se lo agradeceré» (Carlos Díaz).