Estas páginas, de gran éxito y escándalo en su día, sirven hoy de test y texto pastoral. De test, para dilucidar si la crisis actual de la fe y de la parroquia se deben a la secularización y a los enormes cambios sociales acontecidos; o, más bien, al temor de la Iglesia a afrontar con el Evangelio los nuevos retos, como la injusticia social. ¿Víctimas o cómplices? ¿Terreno pedregoso o pésimos evangelizadores? Y de texto pastoral, porque aquí se recogen los apuntes minuciosos del análisis de realidad de su parroquia, hecho por un sacerdote autodidacto, neoconverso, cumplidor como un fariseo y libre como un cristiano. Contienen también sus propuestas de coherencia pastoral exigente y lúcida con el Evangelio y los Sacramentos. Y la más sorprendente: la escuela popular, en vez del recreatorio parroquial.