La pacifi cación y la unión política de Europa, como legado del siglo XX y proyecto
esencial a la vida en el XXI, es una obra de políticos de inspiración cristiana. Y si
Europa ha sido capaz de materializar institucionalmente ese proyecto, es gracias a
que esa identidad cristiana era la columna vertebral del actuar de esos políticos, y no
una mera adjetivación, o una mención simbólica. Esos políticos recrearon y refundaron
Europa porque eran cristianos, y perseguían la justicia social y la paz.