Este libro ha sido escrito no como un tratado sobre el duelo, sino pensando en la persona que vive la pérdida de alguien a quien amaba y que ha fallecido recientemente. Está en duelo, elabora el dolor. Y el dolor vivido en soledad, sin ninguna luz, es más dolor que el compartido y confrontado con la experiencia de otros semejantes y desahogado con quien está dispuesto a escuchar y caminar juntos en la solidaridad emocional.
Estas páginas, lejos de pretender ser receta para quien vive en duelo #que seguramente no existe#, quieren compartir algunas reflexiones sobre el significado del duelo, sobre sus tipos y el modo de vivirlos saludablemente, sobre las cosas que nos suelen ayudar y las que no, sobre cómo vivimos las implicaciones prácticas de la pérdida, como qué hacer con las cosas del difunto, los lugares que frecuentaba, la oportunidad de ir al cementerio#
Los testimonios que recoge este libro son reales, experiencias de personas que han brindado el regalo de narrar lo que les habita, piensan y sienten, con la esperanza de que su dolor tenga el color de la fecundidad: que ayude a otras personas a sentirse misteriosamente en sintonía.