El P. Pedro Jaramillo, testigo, excelente pastoralista y profundo conocedor de nuestra realidad latinoamericana (y, ahora, encarnado en ella desde su trabajo pastoral en las periferias de la ciudad de Guatemala), nos ofrece a laicos y pastores un instrumento sencillo de espiritualidad. Contiene oportunas reflexiones personales sobre el perfil espiritual del discípulo misionero en las nuevas circunstancias latinoamericanas y caribeñas, referidas siempre al Documento de Aparecida. Su deseo es ayudar al trabajo pastoral de los próximos años, avivando la espiritualidad del discípulo misionero.
El autor recoge, y lo aplica a la vida, el eco del grito lanzado por la Conferencia Episcopal Latinoamericana en Aparecida, Brasil, ante el aumento de desigualdades sociales, económicas, de conocimiento y de acceso a las nuevas tecnologías que producen la exclusión de todos aquellos no suficientemente capacitados e informados, acentuando más la discriminación y la marginación que marcan tristemente nuestro continente y que mantienen en la pobreza a multitud de personas. Es hermoso ver cómo esta mirada a la realidad de nuestra propia tierra forma parte de la forja espiritual del discípulo misionero.