"Te encontrarás con la gratuidad de tu salvación, con al acción del Espíritu en tu corazón y con la profunda convicción de que eres amado personalmente por Dios. Una espiritualidad es buena si te lleva al conocimiento de Cristo vivo, al encuentro con el hombre Jesús, camino, verdad y vida. El baremo de tu vida espiritual serán el gozo y la paz. Yo no he escrito este libro desde la alegría de las cosas de este mundo sino desde una situación dura de pobreza y dolor. La palabra felciidad planeaba sobre mi habitación y yo la sentía en el alma. Era interior espiritual, inexpresable. Lo mismo sucede con la paz. Cualquier cosa que se regiera a Dios y no nos de paz marra el objetivo. Incluso el pecado".