Irlanda, 1840. En un pequeño pueblo se corre la voz de
que una niña de once años, hija de una humilde familia
de granjeros, lleva cuatro meses sin comer. Anna ODonnell
es inteligente, devota y muy discreta. En un ambiente extremadamente
católico, todos la creen una santa. El caso
ha llegado a la prensa, y recibe a diario visitas que dejan a la
familia limosnas y regalos.
Elizabeth Lib Wright, una joven enfermera inglesa, es contratada
por un comité de ciudadanos del pueblo para vigilar
a la niña durante dos semanas, con el objeto de otorgar credibilidad
al «milagro». Se turnará en esa vigilancia con una
monja, la hermana Michael. Lib no se fía de la eficacia de la
religiosa, pero es casi imposible controlarla a ella también,
además de a la niña y los padres de esta.
William Byrne es un periodista al que envían allí para cubrir
el caso, y Liz acaba refiriéndole algunas de sus observaciones.
Está convencida de que se trata de un fraude, pero
resolver el misterio no resultará sencillo. Una novela emotiva,
inteligente, apasionada, que conjuga el suspense psicológico
con una historia de un amor que se enfrenta al Mal.