Gustav ha vivido siempre en una espiral descendente hasta que, tras un episodio que casi le cuesta la vida, descubre que hay otra opción.
Por primera vez se plantea ser mejor, dando un vuelco a su corazón para buscar la luz de un faro que nunca ha seguido. En el trayecto hacia su nueva vida, se encontrará con tormentas y reveses que intentarán arrastrarle al abismo del que procedía.
Tras una primera etapa de lucha e incertidumbre, el protagonista descubre una nueva perspectiva, trascendiendo sus demonios y hallando una paz que jamás había imaginado poder disfrutar. A partir de este momento empieza a compartir su conocimiento, ayudando a cambiar la realidad de los demás y encendiendo la llama del cambio en otros corazones.
El Pescador de almas comparte con el lector el anhelo de superación espiritual que siempre nos acompaña. Muchas veces no buscamos una salida porque creemos que no nos la merecemos, que no hay opción al cambio y que ya hemos sido juzgados. Sin embargo, cuando somos conscientes de que cualquier momento es válido para cambiar nuestro destino, en nuestro interior aparece una palabra que pocas veces se escucha: esperanza. Con ella y con esfuerzo, con sacrificio para no cometer los mismos errores, podemos cambiar aquellas cartas que hemos barajado hasta ahora, podemos sentir cómo una luz empieza a iluminar nuestras vidas. A partir de ahí
todo cambia.
