«Salvo pocas excepciones, la atención a la literatura
se considera como algo no esencial. A este
respecto, quisiera
afirmar que este enfoque no es
bueno. Es el origen de una forma de grave
empobrecimiento intelectual y espiritual de los
futuros sacerdotes, que se ven así privados de tener
un acceso privilegiado al corazón de la cultura
humana y más concretamente al corazón del ser
humano, a través de la literatura(n.4).