En 1522, Yago volverá a la vida gracias al aliento de un viejo caballo. Privado del amor de su madre, su vida no va a ser nada fácil. Incapaz de comunicarse con los humanos, conocerá la soledad, el dolor y el encierro desde su más pronta niñez, pero también la esclavitud y las más pavorosas experiencias en una casa de locos. Pero Yago posee un don único, puede captar la hermosura de las cosas a través del tacto y expresar su riqueza interior a lomo de los caballos. Solo cuando descubra en las cuadras de la cartuja de la Defensión a sus monjes sentirá la paz necesaria para empezar a liberar todo su caudal creativo.