Hasta aquí la novela social, pero cuando llevamos veinticinco páginas de lectura emocionada, la novela da un giro radical e instala al lector en una realidad distinta, en el mundo acelerado y trepidante de los thrillers más potentes. El espionaje industrial, el tráfico de plasma, las maniobras de las compañías farmacéuticas para hacerse con el control del mercado. Tras su llegada a Eslovaquia, y por mucho que intente mantenerse al margen, Carla se ve progresivamente involucrada en una trama desquiciante que hará peligrar su vida, aunque Alex está dispuesta a ayudarla.