Es para mí una enorme satisfacción prologar el libro de la primera película
sobre mi hijo Carlo, El Cielo no puede esperar, y que me haya invitado a
hacerlo la familia Zavala por la cual siento un gran cariño y agradecimiento.
Esta preciosa película se ha convertido ya en un eficaz instrumento de mi
hijo para salvar muchas almas de jóvenes y no tan jóvenes que vivían una fe
tibia o que permanecían alejadas de Dios, sin el cual es imposible ser feliz
de verdad. El Cielo no puede esperar refleja fielmente la corta pero intensa
vida de mi hijo y perdurará a buen seguro en el recuerdo de miles de
espectadores de todo el mundo, que podrán disfrutarla cuantas veces
quieran cuando se proyecte también en plataformas digitales. Es un gran
homenaje visual a Carlo, con una música maravillosa, como a él le gustaba,
donde sale a relucir de principio a fin su mano inspiradora a la hora de
mostrar al espectador los hitos de su vida: el amor a Jesús en la Eucaristía,
el amor a los demás, la esperanza, la alegría, la confianza en Dios que todo
lo puede
hasta alcanzar la anhelada meta del Cielo. (Antonia Salzano, del
prólogo)