El caballito de madera vivía en el carrusel del Zoo de Londres. Cada día, decenas de niños se sentaban en su grupa y galopaba con ellos alrededor de su plataforma. Pero el caballito de madera quería saber qué había más allá de las puertas del zoo. Una noche, alzó su cabeza hacia el cielo, vio una estrella fugaz y le pidió un deseo. Entonces, oyó un sonido metálico y los cerrojos que lo sujetaban al carrusel se abrieron. Tomó impulso y saltó del carrusel.
Una historia poética sobre la curiosidad, el afán por descubrir lugares nuevos y el ansia de libertad, y un bellísimo recorrido por la ciudad de Londres.