Muchos creyentes conocen y rezan las Letanías de la humildad, de las que
tanto el Papa Francisco como el Cardenal Robert Sarah, entre otros, han
querido hacerse eco en distintas ocasiones. Pero quizá no sean tantos los
que están familiarizados con otros escritos de su autor, el siervo De Dios
Rafael Merry del Val, cardenal español que fue secretario de Estado de la
Santa Sede con san Pío X y mano derecha suya durante el tiempo que duró
su pontificado. Rafael Merry del Val era un diplomático con una excelente
preparación, pero por encima de eso era un hombre austero y un gran
sacerdote cuyo máximo anhelo, recogido en su epitafio, era llevar almas a
Dios: Da mihi animas, caetera tolle. Aunque habría preferido ser pastor de
almas en una pequeña parroquia, supo aceptar la voluntad de Dios y servir a
la Iglesia desde Roma, donde llegaría a ser conocido como el ángel del
Vaticano. Su cuerpo descansa en la Cripta de los Papas en la Grutas
Vaticanas, siendo el único cardenal entre todos los soberanos pontífices. En
los Escritos Espirituales que forman parte de este libro, muchos de ellos
traducidos por primera vez al español, el lector descubrirá la hondura,
sencillez y claridad de un sacerdote que vivía exclusivamente para que en él
se cumpliera la voluntad de Dios. Sus oraciones, cartas, meditaciones,
pláticas, discursos y conferencias nos hablan del amor de Dios y nos
acercan al Sagrado Corazón de Jesús, del que era muy devoto, y a la Virgen
María, a la que él se consagró como terciario servita, y de la que diría: «De
nosotros se dirán cosas gloriosas ante el trono de Dios. Las dirá María».