El conocimiento y el amor divinos van
unidos en la espiritualidad de san Ignacio. En
muchos pasajes de los Ejercicios espirituales
van de la mano. La teología y la mística
de san Ignacio no se pueden separar. San
Ignacio ofrece al teólogo un impulso y
una inspiración espiritual, más que unos
contenidos desarrollados.