La doctrina espiritual nos muestra el
modo en que se entendía la espiritualidad
ignaciana y los Ejercicios en el siglo XVII,
con la recuperación del elemento más
afectivo y la primacía del Espíritu Santo en
la vida espiritual. Una obra muy interesante
para conocer los consejos que recibían los
jesuitas de la época para su vida práctica.