La parábola de los viñadores homicidas, presente en el evangelio de Marcos, pero también en Mateo y en Lucas, e incluso en textos apócrifos, es una de las más conocidas del evangelio. Su lectura, por muchas veces que la hayamos escuchado o meditado, siempre puede revelarnos nuevos matices que nos invitan a profundizar en su significado y a descubrir sabores inéditos para nuestra vida espiritual. Eso es precisamente lo que nos propone Ianire Angulo, quien, con una mirada atenta y rigurosa, analiza las versiones de esta parábola, rastreando sus resonancias en el Antiguo Testamento especialmente con el Salmo 118 y en otros textos de la tradición judía. En esta obra, Dios aparece como el dueño de la viña, el que nunca se cansa de salir a nuestro encuentro ni de llamarnos con infinita paciencia y amor.
El libro se complementa con una guía didáctica que favorece la meditación personal y grupal, y su trabajo en la pastoral y la catequesis.