En esta obra el Papa Benedicto XVI nos presenta un Dios cercano, que habla a los hombres a través de sus gestos y de su palabra. Con la cruz, Jesús ha abierto de par en par la puerta de Dios, la puerta entre Dios y los hombres. Pero también desde el otro lado, el Señor llama con su cruz: llama a las puertas del mundo, a las puertas de nuestro corazón, que con tanta frecuencia y en tan gran número están cerradas para Dios.