Hasta la Modernidad existía la convicción de que las personas podían hacerse una idea suficientemente precisa y coherente sobre Dios. Sin embargo, la confrontación entre las posiciones teísta y ateísta acabaron cuestionando dicha idea. Para la teología y la fe cristianas de los últimos decenios, el peligro ha sido aceptar acríticamente la imposibilidad de pensar a Dios. Ahora bien, frente a esta derrota del pensamiento humano urge proponer un discurso sobre Dios que esté a la altura del hombre actual y que pueda ser debatido con quienes no creen en su existencia. Para ello, los estudios históricos, exegéticos y sistemáticos que se reúnen en el presente volumen tratan de iluminar esta cuestión decisiva y servir de base para ofrecer una palabra ajustada sobre Dios.