"Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos". Este pensamiento que tantas veces he experimentado en mi vida, unas veces a través de la dulce mirada de tantos, a los que tuve la suerte de enseñar o tratar por vínculos familiares o soiales, y otras por la triste mirada de los ancianos, enfermos o necesitados que esperan una palabra de cariño o un gesto de amor.