Lo que queremos tratar y transmitir no es cosa solamente de hoy. viene de muy atrás. El planeta Tierra tiene una historia natural y una historia humana en permanente evolución que el ser humano va conociendo progresivamente y superando constantemente...
Este conocimiento y este perfeccionamiento nos asombran por su impacto, por su complejidad, por su belleza, por su grandeza. por su inabarcabilidad. A ello se añade el desconocimiento y el acceso a otros planetas y hasta otras galaxias.
En el tramo que hemos conocido y construido hay un grito que suena y resuena; es la llamada a la solidaridad a él y a la posible igualdad o por lo menos,a una menor desigualdad tanto en lo material como en lo humano y en lo espiritual. A lo largo de la historia se han dado crisis económicas, pero a ésta que tiene lugar en el inicio del siglo XXI (años 2007-2017) es más aguda y tiene dimensiones muy amplias.
Esta tiene consecuencias mundiales: se presenta en todo el mundo en forma de paro. Precisamente, la globalidad mal entendida y peor practicada produce más pobreza en los países pobres porque va unida al fenomeno de las migraciones y de las guerras. Las guerras en África y Asia están contribuyendo a la salida de muchos ciudadanos africanos y asiáticos huyendo de la miseria y de los absolutismos políticos que vulneran los derechos fundamentales.
No cabe duda de que esta crisis es una crisis económica, pero a la vez es una crisis de valores. El egoísmo del capitalismo ha aprovechado la relajación de su ética para abusar de la debilidad del pueblo; gastos superiores a los ingresos en las instituciones públicas y privadas por aparecer más fuertes que los otros, que las poblaciones vecinas.