Con base en encuestas realizadas en todos los continentes (incluyendo decenas de muestras representativas nacionales), Shalom H. Schwartz concluyó que el objetivo motivacional, con sus compatibilidades y oposiciones, es el principio más poderoso que organiza las preferencias de valores de las personas. Con sus hallazgos sobre los principales tipos motivacionales y sobre las relaciones dinámicas que se establecen entre ellos, la teoría de los valores humanos universales aporta una nueva perspectiva a la visión dominante del espectro de motivaciones activas en el contexto laboral.