Hay al menos dos clases de personas que no se asustan ante aeras dificultades: el fundamentalista y el ateo. Ambos hablan de Dios a diestro y siniestro. Eso hace que otros dos tipos se rebelen contra una arroganci, el agnóstico y el criptocristiano. Ambos deciden no hablar de Dios para nada. Y luego están aquellos que se encuentran en ninguna de estas cuatro facciones.